Mi nombre lo dice todo, me llamo Saturnina Seco y así esta mi corazón, seco, incapaz de sentir amor. Vivo sola, ¿será que la soledad se adueñó de mis sentimientos? Me olvidé de soñar; menudo trabajo me espera si quiero recuperar mis sueños. Pero sé que son deseos tontos; ya es tarde para mí. Se me fue la vida en la manía de la perfección, la casa limpia, la ropa impecable y también impecables pensamientos. Hoy me senté a mirar el afuera, el mundo, la gente que me rodea. Cuando encuentre mi sombra, que quedó prolija y almidonada en el cuarto de planchar, sé que lograré salir de la casa, pero por ahora es imposible, la muy ladina huye de mí y cuando aparezca estará sucia y arrugada, para que yo tenga que volver a empezar.
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