—No, soy zurdo.
—Pásame a mi hermano Manco al celular.
—¿Cuál es la prisa? Yo le puedo dar el encargo porque ahora está ocupado fundando el Ombligo del Mundo.
—Ten cuidado con estos teléfonos que han bajado del cielo en una nave voladora porque nos van a transformar en llamas.
—¿Llamas y alpacas?
—En llamas de fuego, Inca Paz... ¡Apaga que el Sol escucha…!
—Fiuuuuuusplashhhh!…
—Ya decía yo que era pura magia...
Acerca de la autora:
Adriana Alarco de Zadra
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