El monstruo sale del ropero, duerme a los pies de la cama y huye con la primera luz de la madrugada. He repetido esa historia desde mi infancia. Ahora adulto han decidido confinarme en la sección de alta seguridad. Ha oscurecido y los gritos de los guardias han cesado, puedo sentir como mi viejo amigo se acuesta a mis pies mientras ruidosamente se limpia la sangre.
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Carlos Feinstein
Carlos Feinstein
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