Y así fue que diciéndoles en voces altas: “Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete” don Quijote cargó contra los gigantes con brazos de casi dos leguas de largo, imaginando que eran molinos de viento.
(Del libro inédito
La mancha de don Quijote.)
Acerca del autor:
Rogelio Ramos Signes
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