Ngenechén mandó los cincuenta mil seis mensajes de texto que tenía gratis por la colectora de telecomunicaciones, a todos los dioses y diosas conocidas. Organizó una conferencia televisada via Skygods a la que asistieron todos ellos, con sus mensajeros y subalternos. Tenían un par de días para expedirse sobre tres cuestiones fundamentales: ¿Quién fue el Dios que jugó a los dados irresponsablemente y perdió el Universo en la mesa del casino? ¿Cuál sería el futuro de la perinola para decidir vida y obra de la gente? ¿Dónde se haría el próximo Congreso? (Esta última porque la colectora de telecomunicaciones amenazó con no dar más mensajitos gratis).
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Héctor Ranea
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