Cuando la gloria no llega con el amanecer y mi ángel de la guarda no regresa; cuando veo que mi energía se jubila y asoma en el espejo la primera arruga, no me desespero. Recojo un pincel, una flauta, una pluma o un teclado y trato de crear el más exquisito poema a la vida que refleje mi pasión en palabras, notas, pinceladas. Así me veré renacer jubilosa en el espejo como el ave fénix.
Acerca de la autora:
Adriana Alarco de Zadra
Adriana Alarco de Zadra
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