Ocurrió en el siglo XVII/VIII: el cielo y el infierno cambiaron radicalmente a causa de la invasión de millones de ángeles y demonios de nuevo tipo: los Póstumos. Almas de muertos de todos los tiempos, que según explica Swedenborg (1688-1772) en miles de páginas escritas en latín, son los únicos ángeles y los únicos demonios que existen. Los otros no son más que invenciones, símbolos, imágenes literarias.
La ultratumba de Swedenborg es el Éter Prometido de los espiritistas, que además de comunicadores, son médicos, exorcistas y pastores de almas muertas que poseen y ejercen el libre albedrío.
Antes, Dios se aburrió de jugarse el universo a los dados. Y se pasó al pool con cuerpos celestes usando de troneras o bolsillos seis nuevos agujeros negros. Mientras los coros angélicos no dejaban de cantar Hosanna en las alturas; ni las jerarquías infernales paraban de urdir maldades contra los seres humanos.
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