—Te ayudo con el Minotauro si me das una mano con la Gorgona —exclamó Perseo en el celular.
—Bien —contestó Teseo—, ¿cómo me ayudarías?
—Trae al Minotauro a la isla de la Gorgona y cuando esté delante de ella, la Medusa lo convertirá en piedra.
—No será fácil arrastrar al Minotauro fuera de su laberinto. Además, primero debo encontrarlo y puedo quedar convertido en piedra yo también.
—No te preocupes, cuando ella esté ocupada con el Minotauro cortaré la cabeza de Medusa.
—Mejor llevo un espejo grande y cuando se mire en él, la Gorgona se convertirá en piedra por su propio poder y luego tú te ocupas del Minotauro…
—Lo llamaré con el móvil para invitarlo a la isla…
—¿Crees que acepte?
—¿Lo dudas? Nadie se pierde una cita con esa mujer maravillosa… aunque se convierta en piedra.
Adriana Alarco de Zadra
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