miércoles, 18 de noviembre de 2015

El afán comercial pierde a las yinns creyentes - Daniel Alcoba


Tan pronto la gualdrapa de brocado damasquino tejida por la yinn (djinn escriben los guiris) Zulema Harac tocó pescuezo y giba de Asifun, el cuasieco se puso de mal humor. Supo al punto el emir de los ejércitos que allí estaba la voluntad de Alá, porque enseguida le vinieron a la memoria las imágenes de la batalla de Los siete contra Tebas. Los cuasiecos del tercer escuadrón del regimiento tebano formaban tres pelotones al mando de un teniente montado en un animal con gualdrapa de firma Zulema Harac. ¡Por eso todos sus jefes de pelotón, y por ende sus cuasiecos se lanzaron a combatir contra él con orgullo de mariscales. Pero lo que amargó a Qobb al-Din fue el recuerdo de la mentida exclusividad que le prometiera la efrita o yinn fémina: "solo tejo gualdrapas para los futuros héroes". Zorras de zurda coja son las yinn, aunque sean creyentes.

Acerca del autor:
Daniel Alcoba

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