Don Alberto Anastasio era el dueño de todos los negocios sucios del distrito Marítimo. Controlaba las apuestas, la prostitución, el tráfico de drogas y el contrabando de tabaco del puerto. Pero no estaba satisfecho. Tenía comprados a los políticos locales que gobernaban y los de la oposición, así se aseguraba mantener siempre el control. Pero cuando más dinero y poder se tiene, más se desea, por eso decidió entrar en política. Empezaría por ser alcalde de su ciudad, luego saltaría a la capital, podría ser ministro o presidente del gobierno.
Cuando el hombre de mirada torva entró en su despacho y le partió el cráneo con un hacha, sus sueños de grandeza se evaporaron en un instante.
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José Vicente Ortuño
José Vicente Ortuño
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