Simpáticos, estos loritos que hablan, pensé. Qué mala suerte atacar al planeta donde vivo, clandestino y escondido. Yo, un destructor de agujeros negros y demonio del Universo. Hay días en que algunos deberían quedarse en su cama y no salir a invadir planetas pequeños.
Y moviendo la cola fui recibir caricias de mi humano, el cual, ajeno a mi condición, me mima todo el día.
Acerca del autor: Carlos Feinstein
No hay comentarios:
Publicar un comentario