El rey negro avanza lentamente, protegido por el resto de su diezmado ejército. Las pocas piezas que le quedan no hacen más que sacrificarse por comprar apenas un poco más de tiempo. La reina blanca no perdona, su ataque es impecable. El rey negro se lamenta, nunca debió decirle que estaba casado. No hay nada peor que una amante despechada.
Sobre el autor: Carlos Feinstein